Videojuegos olvidados

Un fascinante viaje al centro de la historia del entretenimiento electrónico, en tu propio idioma.

Metro-Cross

Latas de Coca-Cola mutantes recorren los subterráneos

SPEED UP

ARRIBA EL SPEED

Una rata radiactiva jodiéndome la aerodinámica

Debo... seguir... corriendo

METRO-CROSS. Año: 1985. Casa: Namco.

Un hombre corre contra el tiempo y lo hace por su vida. No puede detenerse. No puede mirar atrás: las latas de Coca-Cola gigantes podrían volver en cualquier momento. No, ya habrá tiempo de sorprenderse luego, ahora tiene que darse prisa.

Aquí, en el metropolitano desierto, bajo la ciudad de Orthema, una centésima de segundo es todo lo que separa la inmortalidad de una muerte segura.

Bienvenidos al futuro. Bienvenidos a... METRO-CROSS.

THE RUNNING MAN

En este juego absolutamente clásico de Namco el objetivo era llegar a la meta dentro del límite de tiempo. Para ello había que correr, saltar, patinar y pegar botes de trampolín en trampolín.

Así dicho suena sencillo, pero como en cualquier otro deporte mortal del futuro el fallo en Metro-Cross se pagaba con una vida CON LA MUERTE.

Porque, que nadie se deje engañar por su aspecto: detrás de sus gráficos amables y su simpática musiquilla se escondía uno de los arcades más endiabladamente crueles de la historia: Metro-Cross, amigo.

Campeón inmortal

Treintaidós tramos subterráneos desplazándose a través de la pantalla a toda velocidad. En el centro, un hombre, la integridad en persona: odia el juego y sin embargo debe demostrar que es el mejor, ¿qué importa que eso le suponga la muerte?

Para ganar y salvar su vida el campeón evitará bandas de ralentización, latas de Coca-cola gigantes, ratas radioactivas y PUTAS FICHAS DE AJEDREZ (también gigantes).

Nuestro héroe hará lo que sea con tal de llegar al final del camino de cuadraditos.

Ustedes no saben lo que una lata de Coca-cola gigante puede hacer con un ser humano

Quedará para siempre en nuestra memoria la lista de campeones inmortales de Metro-Cross, y el alivio que proporcionaban sus más que ocasionales fases de bonus, por no hablar de la clara apología de las drogas que se hacía en este juego...

Porque ya me diréis... Aparte de poder subirte a un skate de vez en cuando y de unos 'plintons' sobre los que podías saltar, los únicos power-ups que había en este juego venían siempre en forma de seria DROGADICCIÓN, por ejemplo:

  <- Lata de Speed: si la consumías, podías correr al doble de velocidad y dar saltos más largos, mientras en la pantalla se encendía un letrero parpadeante que ponía "SPEED UP" ("ARRIBA EL SPEED").

<- Lata de otras drogadicciones: esta otra lata no tengo ni idea de qué tipo de droga era pero debía ser en plan narcótico porque cuando la consumías se detenía el tiempo y salía un cartel que yo que sé.

Y es curioso que mucha gente se ofenda y se moleste profundamente cuando hablas de Metro-Cross y de su descarado discurso de ¡VIVA LA DROGA!, porque esto es así, hemos de aceptarlo y además es hasta normal.

Dada su temática futurista y sus continuos guiños al género - como mezclar drogas con velocidad, etcétera, etcétera -, el juego de Namco se adscribía perfectamente en la mejor tradición de película de serie B de madrugada o de novela de ciencia-ficción.

No en vano Metro-Cross es al subgénero de videojuegos de carreras suicidas lo que deportes mortales del futuro como Rollerball, Speedball o The Running Man son a mi más que modesta propuesta de Hockey Femenino Total; es decir, una pasada.

La larga marcha - Richard Bachman

LOS DEPORTES MORTALES DEL FUTURO

Los deportes mortales del futuro son deportes espectaculares, trepidantes y sobre todo siempre TELEVISADOS, en los que el juego nunca se detiene por meros detalles técnicos sin importancia como LA VIDA HUMANA.

Deportes en los que los derechos humanos más elementales son simples reglas que los árbitros se pueden permitir obviar, por ejemplo, si su aplicación resultara tediosa en una sociedad hastiada y desensibilizada en la que, oh tío, MOLARÍA UN MONTÓN VIVIR.

En ese sentido creemos que los deportes mortales sangrientos del futuro son en definitiva lo que se va a llevar.

CÓMO JUGAR HOY A METRO-CROSS:

Si quieres disfrutar de Metro-Cross HOY, puedes hacer dos cosas: 1) apalancarte en el sofá en señal de protesta y exigir que televisen los deportes del futuro YA, encender la tele y esperar a que te hagan caso o 2) decidirte por algo menos inútil y tirarte esos mismos veinte años sentado en el sofá jugando a Rollerbal Metro-Cross. Para ello, además de un ordenador, un mando y algunos cables conectados al televisor, necesitarás el emulador MAME y TODAS LAS ROMS QUE QUIERAS (y aquí y aquí).

JON-A-THAN! JON-A-THAN!

2007, Carlos Miguel Ruiz

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